Freddie Mercury

Nació el 5 de septiembre de 1946 en Guyaratí, en la colonia británica de Zanzibar, isla que hoy pertenece a Tanzania.

Hijo de británicos, su padre era diplomático.

En 1954 la familia viajó a la India y cursó estudios en la St Peter’s English Boarding School en Panchgani, a 80 kilómetros de Bombay.

A los 10 años fue campeón escolar de tenis de mesa. A los doce fue premiado con el trofeo escolar Junior por el mérito en todas sus actividades extracurriculares.

Dotado con una poderosa voz, en 1958, junto con otros cinco compañeros del St Peter’s, (Derrick Branche, Bruce Murray, Farang Irani y Victory Rana) crearon una banda de rock’n roll: The Hectics, en donde tocaba el piano. Al dejar el colegio se matriculó en el Ealing College of Art, en el que también estudiaban Pete Townsend, de The Who, Ron Wood, de The Faces y Roger Ruskin Spear, de The Bonzo Dog Doo Dah Band. Se diplomó en Arte y Diseño. Se rebautizó con el apellido Mercury, por Mercurio, el mitológico mensajero de los dioses. Al cabo de algún tiempo Freddie Mercury comenzó a vestir de forma extravagante.

En 1971 junto con el guitarrista Brian May, el baterista Roger Taylor y el bajo John Deacon formó el grupo llamado «Smile». En 1973 publicaron «Queen I» nombre con el que se rebautizó al grupo. La banda de rock dejó tras de sí un total de 20 álbumes publicados y canciones como We Are The Champions, Bohemian Rhapsody, I Want To Break Free, We Will Rock You o A Kind Of Magic que se convirtieron en clásicos de la música pop. Queen llegó a vender 300 millones de álbumes en todo el mundo.

Hicieron música, más allá de géneros, modas y estilos. En algunos de sus temas se sintetizan con audacia el rock y la ópera, y se han transformado en verdaderos clásicos de este siglo. En solitario editó el disco «Mr Bad Guy» en 1985. Junto a Montserrat Caballé compuso el álbum «Barcelona», himno de los Juegos Olímpicos de 1992. El 8 de octubre de 1988 actuó junto a la soprano en Barcelona. Fue la última vez que en que se le vio sobre un escenario.

Enfermo, siguió componiendo y grabando canciones. Anunció un día antes de su muerte que padecía SIDA. El 24 de noviembre de 1991 Freddie Mercury murió en su casa de Londres por una complicación de bronconeumonía que no soportó a causa de su enfermedad.

Dejó casi cincuenta millones de dólares a su ex novia e intima amiga Mary Austin, y a su último amante, Jim Hutton, le dejó casi un millón de dólares.

El 20 de abril de 1992 se realizó un concierto en su memoria en el estadio de Wembley, en donde participaron muchas estrellas famosas del rock. El disco de Queen Grandes éxitos II, salió a la venta inmediatamente después de su muerte.

‘Bohemian Rapsody’ se reconoció como la mejor canción de todos los tiempos para los británicos, por encima del ‘Hey Jude’ o el ‘Yesterday’, de los Beatles, y del ‘Imagine’ de John Lennon. Así lo votaron miles de personas en el sondeo organizado por el libro Guinness de los records en la música británica en 2002.

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Niccolo Paganini

Compositor italiano y virtuoso del violín. Nació en Génova el 27 de octubre de 1782. Considerado un genio de la música.  Su padre le compró un violín de segunda mano, y con él el pequeño Niccoló descubría aspectos insospechados del arte musical.

Estudió con músicos locales y a los cuatro años conocía perfectamente los rudimentos de la música. Su habilidad en tocar el violín era extraordinaria. Tenía largos dedos y largos brazos lo que le permitió hacerse construir un arco más largo de lo normal y abarcar más espacio en las cuerdas.

Tenía doce años cuando su padre le mandó al maestro Alessandro Rolla para que siguiese sus lecciones. A los pocos días el maestro vio que Paganini seguía a primera vista un concierto, harto difícil, y no pudo menos de decirle: -Has venido para aprender; pero no tengo nada que enseñarte.

Hizo su primera aparición pública a los nueve años y realizó una gira por varias ciudades de Lombardía a los trece. No obstante, hasta 1813 no se le consideró un virtuoso del violín. En 1801 compuso más de veinte obras en las que combina la guitarra con otros instrumentos. De 1805 a 1813 fue director musical en la corte de Maria Anna Elisa Bacciocchi, princesa de Lucca y hermana de Napoleón.

Niccolo sentía una sensación de abuso por parte de su padre que manejaba sus presentaciones y a la vez el dinero. Éste siempre le mangoneó y se aprovechó de él para conseguir pingües beneficios. Harto de todo, Paganini se lanzó a una carrera de desenfreno en la que todo tenía cabida, derrochando en el juego el dinero conseguido con los conciertos.

Tras estos breves años de disipación y desidia, abandonó todo para irse a vivir con una noble italiana, bastante mayor que él, y deseaba dejar la música para dedicarse a al agricultura. Cuando sucede esto aún no tiene ni veinte años, y ya ha vivido momentos de grandes excesos que más adelante le pasarán factura.

Una anécdota de Paganini: En Ferrara, una tal Pallerini, de oficio bailarina, había cantado en sustitución de la soprano Marcolini, ídolo del público, que se encontraba indispuesta; los espectadores la silbaron y Paganini, a quien le tocaba actuar inmediatamente, decidió vengarla.

Ante el público y con su violín imitó el trino de diversos pájaros, el grito de diferentes animales y por fin el rebuznar del asno, y dijo: -Ésta es la voz de aquellos que han silbado a la Pallerini.

El alboroto que se armó fue muy grande y Paganini tuvo que presentar excusas y no volvió a tocar en Ferrara.

Era tan extraordinaria la habilidad de Paganini al tocar el violín, que se creyó que no era posible haberlo alcanzado por medios naturales y se creó una leyenda a su alrededor. Se dijo que Paganini había matado a un rival y condenado por ello a presidio y que en él había pactado con el diablo entregándole su alma a cambio de la libertad y la maravillosa técnica violinista que mostraba. El vulgo creyó en la leyenda y no faltó quien asegurase que, durante un concierto, había visto con sus propios ojos al diablo al lado del violinista ayudándole en los momentos difíciles.

Tuvo fama de avaro, y no era verdad. No fue dispendioso, pero tampoco avariento, como lo prueba el caso de Berlioz, que era entonces un desconocido, y que a duras penas consiguió que en un concierto se ejecutara su misa. En la sala se encontraba Paganini, quien se dio cuenta en seguida del valor del joven compositor. Cuando terminó el concierto fue a verle, se arrodilló a sus pies -no se olvide que se estaba en la época romántica y estas efusiones hoy risibles eran corrientes entonces y le dijo que era el rey de los músicos. No contento con esto, aquella misma noche hizo llegar a Berlioz un pagaré de veinte mil francos contra la Banca Rothschild para ayudarle económicamente.

A Paganini le molestaba mucho que le invitasen a comer para luego tener que ejecutar algunas piezas gratis ante sus anfitriones. Cuando le invitaban y le decían: «No olvide el violín», respondía invariablemente: -Mi violín no come nunca fuera de casa.

Se unió sentimentalmente -como ahora suele decirse a una cantante llamada Antonia Bianchi, de la que tuvo un hijo al que llamó Aquiles.

Un día, cuando estaba en Milán, pasó por una calle y un tentador olor a pescado frito le llamó la atención y se dispuso a entrar en el local cuando el dueño del mismo, señalando el estuche de su violín del que casi nunca se separaba, le mostró al mismo tiempo un letrero fijado en la puerta: «Prohibida la entrada a los músicos ambulantes.» Y aquel día Paganini no comió pescado frito.

Durante su estancia en París, en 1831, en la cual cosechó triunfos muy sonados, tuvo una noche que alquilar un coche de punto para que le llevase a la sala donde debía dar el concierto. Al llegar allí le preguntó al cochero:
-¿Cuánto le debo? -Veinte francos. -¿Veinte francos? ¿Tan caros son los coches en París? -Mi querido señor -respondió el cochero, que le había reconocido-. Cuando se ganan cuatro mil francos en una noche por tocar con una sola cuerda, se pueden pagar veinte francos por una carrera.

Paganini se enteró por el portero de la sala del precio justo y volvió al coche. -He aquí los dos francos, que es lo que le debo; los otros dieciocho se los daré cuando sepa conducir el coche con una sola rueda.

Era vanidoso, pero se reía de su propia vanidad. Un día, conversando con un pianista, éste le dijo que, en un concierto que había dado, el gentío era tan numeroso que ocupaba los pasillos del local. -Esto no es nada -replicó Paganini-: cuando yo doy un recital hay tanta gente que hasta yo debo estar de pie.

Sobre su muerte corrieron muchas versiones. Una de ellas aseguraba que el sacerdote que le atendía en sus últimos momentos, influido por la leyenda demoníaca que aureolaba al gran músico, le preguntó qué contenía, en realidad, el estuche de su violín. Paganini se incorporó en el lecho gritando: -¡El diablo! ¡Esto es lo que contiene, el demonio! y tomando el violín en sus manos lo empezó a tocar hasta que lo lanzó contra la pared, expirando al tiempo que el instrumento se rompía. La historia es falsa. El violín de Paganini se conserva, en el museo de Génova.

Lo cierto es que, aquejado de laringitis tuberculosa, el músico se trasladó a Niza y de allí a Génova. Vuelto a Niza, murió allí el 27 de mayo de 1840. Tenía 56 años. Pero también es verdad que su fama de endemoniado le persiguió después de su muerte.

El obispo de Niza le negó la sepultura eclesiástica y tuvo que ser enterrado en el cementerio del lazareto de Villefranche. Su cadáver fue trasladado después por su hijo Aquiles a varias poblaciones hasta encontrar definitivo reposo en el cementerio de Parma.

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Franz Liszt

Franz Liszt fue un compositor húngaro y uno de los pianistas más famosos. El empezó su carrera musical muy temprano como un niño prodigio, estudió con Antonio Salieri y Carl Czerny en Viena. El entonces fue con su familia a París en 1823, donde estudió con el compositor Anton Reicha.

Liszt fue amigo de muchos de los iconos culturales del siglo XIX, tal como los compositores Berlioz, Richard Wagner y Frederic Chopin, así como artista Eugene Delacroix y poeta Heinrich Heine.

 

Uno de las situaciones más importantes en la vida juvenil de Liszt fue presenciar los conciertos del violinista Niccoló Paganini, algose ha dicho haberlo inspirado en su búsqueda de hacer del piano el instrumento supremo de virtuosismo.

 

De joven, Liszt tuvo una relación con la Condesa Marie d’Agoult ( ella era escritora) tuvieron tres niños. su hija Cosima (nacida en 1837) que con los años llegó a casarse con Wagner.

La relación de Liszt con la Condesa terminó finalmente, y Liszt fue a vivir con la Princesa Caroline Sayn-Wittgenstein, quien fue quien lo llevo a componer, más que a interpretar. Sea como fuere eso, Liszt – a pesar de ser uno de los pianistas virtuosos más célebresde todos los tiempos- abandona la etapa del concierto en 1847, y subsiguientemente sólo realizado algun concierto rara vez en público (por ejemplo. en acontecimientos de caridad y ocasionalmente en clases).

Los años que siguieron a menudo son denominados los «años de Weimar», como Liszt se asentó en Weimar (donde él había tenido previamente una posición como director musical) y pasó a componer algunos de la mayoría de sus obras maestras importantes.

Esto incluye la Sinfonía de Fausto y los poemas sinfónicos – una forma que Liszt ha creado .En esos años, Liszt compuso también dos conciertosi de piano y Totentanz para l piano y orquesta. También en esa época, su apoyo a Wagner, así como su enfoque general de la vanguardia en la composición,con divisiones considerables causadas entre dos escuelas de la música – la escuela futurista de Weimar y la escuela más conservadora de Leipzig. El último esta representada por famosos compositores como Johannes Brahms, Felix Mendelssohn y Robert Schumann.

Alrededor de 1860, Franz Liszt se asentó más o menos permanentemente en Roma, donde tomó las órdenes secundarias y llegó a ser Abbad Liszt. Aquí su producción consistió principalmente en música religiosa, tal como el Oratorio Christus y La Leyenda de S. Isabel.

En el período último de la vida de Liszt tuvo como resultado una modificación considerable en su estilo musical – y Liszt abandonó su estilo virtuoso previo a favor de un enfoque composicional, absoluto y desolado.

Durante sus últimos años, Franz Liszt dejó su romanticismo más o menos enteramente y se adelantó dirigiendose a la atonalidad del siglo XX. Esto sorprende especialmente considerando que éll fue de hecho un arquetípico romántico de su tiempo en sus años tempranos.

Liszt compuso un gran número de obras para piano.

Mientras su Sonata_en_B_menor (1853) a menudo es considerada su composición más grande para piano, uno puede mencionar muchos trabajos que pueden tener merecido aún más o igualmente tal título. Por ejemplo el Années de Pèlerinage contiene muchas obras maestras que describen las impresiones de Liszt sobre Suiza e Italia (la última colección que contiene la famosa «Sonata del Dante» y el tarantelle). Su Hungarian_Rhapsodies, mientras subsiguientemente criticado como por ejemplo por Bartók diciendo deLiszt que dedicaba su forma de obras a las tradiciones de gitanos antes que a la música folklórica húngara verdadera, sin embargo sus obras populares de concierto esan compuestas con una combinación típica que va de la alegría a la melancolía y cercano al frenesí.

Muchos trabajos de piano de Liszt no son composiciones sino transcripciones originales de música de compositores.

Sin embargo, Liszt influye generalmente estos trabajo hasta tal punto que ellos llegan a sentirlos propio. Esto es especialmente verdad en el caso de las paráfrasis operísticas.

No quiero en estos parrafos dedicados a los músicos hablar de la parte tecnica de sus obras, sino hacer hincapie en sus personalidades.

Liszt, fue una persona que amó ayudar a otros músicos, desconocidos, introduciendolos en el ambiente musical o tocando sus obras. Entre ellos estuvo Chopin, con se cuenta una anécdota de su presentación como pianista.

Su solidaridad no se limitó a hacer famosos a muchos músicos de la epoca y sus obras, sino que también como en el caso de cuando ocurre el desastre debido al aumento de las aguas del río Danubio, Liszt realiza una serie de conciertos para ayudar a los damnificados de la tragedia.

En un concierto, pidió que apaguen los candelabros, diciendo que tocaría a oscuras. Comenzó a oirse la música, y cuando el auditorio, estaba embelezado escuchando se fueron prendiendo los candelabros, y apareció Chopin tocando sus obras.

Franz Liszt provocaba un frenesí cuando se presentaba ante el público, que muchas damas caían desmayadas por la emoción.

Su posición en el piano, era echado hacia atrás, pues consideraba que de esa forma los brazos y manos estaban libres para «correr» por el teclado.

Era muy típica de él, esa posición ante el piano. Inlcuso se ve esto reflejado en retratos.

Franz Liszt también investigó nuevos procedimientos musicales con su técnica de variaciones sobre un tema, y lo puedes apreciar en la Sonata en si menor (1853); presta atención cómo las sencillas notas del comienzo se van transformando, para irse envolviendo con sucesión de coloridos y armonías.

Esta técnica y sus armonías cromáticas influyeron en la obra de otros músicos, como Wagner, Strauss ( Richard). Sus composiciones para piano requieren una técnica superior y revolucionaria que otorga al instrumento un color y sonoridades completamente nuevas. En su momento, y ahora, a pesar de los años transcurridos.

Fue Maestro, entre otros de Hector Berlioz y Cesar Franck.

Liszt, como buen escorpiano, tuvo su doble tendencia. Por un lado, la religiosa, y por otro, la mundana, la de los excesos amorosos.

Nunca dejó de viajar, y la muerte lo sorprende en Bayreuth el dia 31 de julio de 1886.

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Antonio Vivaldi

(Antonio Lucio Vivaldi; Venecia, 1678 – Viena, 1741) Compositor y violinista italiano cuya abundante obra concertística ejerció una influencia determinante en la evolución histórica que llevó al afianzamiento de la sinfonía. Igor Stravinsky comentó en una ocasión que Vivaldi no había escrito nunca quinientos conciertos, sino «quinientas veces el mismo concierto». No deja de ser cierto en lo que concierne al original e inconfundible tono que el compositor veneciano supo imprimir a su música y que la hace rápidamente reconocible.

Autor prolífico, la producción de Vivaldi abarca no sólo el género concertante, sino también abundante música de cámara, vocal y operística. Célebre sobre todo por sus cuatro conciertos para violín y orquesta reunidos bajo el título Las cuatro estaciones, cuya fama ha eclipsado otras de sus obras igualmente valiosas, si no más, Vivaldi es por derecho propio uno de los más grandes compositores del período barroco, impulsor de la llamada Escuela veneciana (a la que también pertenecieron Tommaso Albinoni y los hermanos Benedetto y Alessandro Marcello) y equiparable, por la calidad y originalidad de su aportación, a sus contemporáneos Bach y Haendel.

Biografía

Poco se sabe de la infancia de Vivaldi. Hijo del violinista Giovanni Battista Vivaldi, el pequeño Antonio se inició en el mundo de la música probablemente de la mano de su padre. Orientado hacia la carrera eclesiástica, fue ordenado sacerdote en 1703, aunque sólo un año más tarde se vio obligado a renunciar a celebrar misa a consecuencia de una enfermedad bronquial, posiblemente asma.

También en 1703 ingresó como profesor de violín en el Pio Ospedale della Pietà, una institución dedicada a la formación musical de muchachas huérfanas. Ligado durante largos años a ella, muchas de sus composiciones fueron interpretadas por primera vez por su orquesta femenina. En este marco vieron la luz sus primeras obras, como las Suonate da camera Op. 1, publicadas en 1705, y los doce conciertos que conforman la colección L’estro armonico Op. 3, publicada en Ámsterdam en 1711.

Aun cuando en tales composiciones se dan todavía las formas del «concerto grosso», la vivacidad y la fantasía de la invención superan ya cualquier esquema y atestiguan una tendencia resuelta hacia la concepción individualista y por ende solista del concierto, que se halla mejor definida en los doce conciertos de La stravaganza Op. 4: estructura en tres movimientos (allegroadagioallegro), composición más ligera y rápida, casi exclusivamente homofónica, y modulación dinámica y expresiva, inclinada al desarrollo del proceso creador y fuente de nuevas emociones e invenciones.

Con estas colecciones, Antonio Vivaldi alcanzó en poco tiempo renombre en todo el territorio italiano, desde donde su nombradía se extendió al resto del continente europeo, y no sólo como compositor, sino también, y no en menor medida, como violinista, pues fue uno de los más grandes de su tiempo. Basta con observar las dificultades de las partes solistas de sus conciertos o sus sonatas de cámara para advertir el nivel técnico del músico en este campo.


Vivaldi

Conocido y solicitado, la ópera, el único género que garantizaba grandes beneficios a los compositores de la época, atrajo también la atención de Vivaldi, a pesar de que su condición de eclesiástico le impedía en principio abordar un espectáculo considerado en exceso mundano y poco edificante. De hecho, sus superiores siempre recriminaron a Vivaldi su escasa dedicación al culto y sus costumbres laxas.

Inmerso en el mundo teatral como compositor y empresario, Ottone in Villa (1713) fue la primera de las óperas de Vivaldi de la que se tiene noticia. A ella siguieron títulos como Orlando furioso, Armida al campo d’Egitto, Tito Manlio y L’Olimpiade, hoy día sólo esporádicamente representadas.